miércoles, 10 de febrero de 2010

Escribir

"13:15. Todos los tripulantes de los compartimientos sexto, séptimo y octavo pasaron al noveno. Hay 23 personas aquí. Tomamos esta decisión como consecuencia del accidente. Ninguno de nosotros puede subir a la superficie. Escribo a ciegas." Estas palabras, escritas por un oficial del Kursk en un pedazo de papel, tienen la turbadora exactitud que pedimos a un texto literario. El autor está rodeado de bocas que exhalan un pánico que ni siquiera nombra. Él mismo debe de encontrarse al borde de la desesperación, pero no tiene tiempo ni papel para recrearse en la suerte. Ha de hacer, pues, una selección rigurosa de los materiales narrativos, y el resultado es esa obra maestra en la que, sin embargo, sólo cuenta aquello a lo que se puede asignar un número: la hora y la cantidad de hombres. En situaciones extremas, la literatura sale a presión, como por la grieta de una tubería reventada. El documento del oficial del Kursk es bueno porque es necesario. Mientras la muerte trepaba por sus piernas, ese hombre se entregó con fría vehemencia a la literatura. Y de qué modo.
Naturalmente, lo que no dice ocupa más de lo que dice, pero lo ausente ha de aportarlo el lector, que es tan responsable de lo que lee como el escritor de lo que escribe. Sería absurdo comenzar una novela afirmando de un frutero que es bípedo. El lector tiene la obligación de saber que lo fruteros son bípedos y que están dotados de cuatro extremidades con cinco dedos en cada una de ellas. Sin estos sobreentendidos primordiales, la escritura resultaría imposible.
Lo curioso es que un billete con cuatro líneas aparecido en el bolsillo de un cadáver responda de súbito a la vieja pregunta de para qué sirve la literatura. Sirve para contarlo. Todos aquellos que aspiran a escribir deberían recitar el texto del Kursk como una oración. Ser escritor, al menos cierto tipo de escritor, significa vivir rodeado de pánico percibiendo a tu alrededor bultos que pasan de un compartimiento a otro con los calcetines mojados. Y tú eres uno de esos bultos: aquel que, por encima o por debajo del miedo, está poseído por la necesidad de contarlo, aunque las posibilidades de que alguien lo lea sean muy escasas. Escribo a ciegas.

Juan José Millas

viernes, 5 de febrero de 2010

Pentagrama (Significado)

El pentagrama es una estrella de cinco puntas que, según dice la tradición, debe ser dibujada de un solo trazo. Es uno de los símbolos mágicos mas reconocidos por todos los seguidores de la tradición pagana, y es tan antiguo que su origen preciso se desconoce.


El Pentáculo es un disco, aproximadamente del tamaño de un plato mediano, que tiene dibujado en su superficie un pentagrama encerrado dentro de un circulo que une todos los aspectos del hombre. Es un antiguo símbolo del paganismo de indudable carácter místico, que aparece en lapidas y monedas de todas las épocas y del cual ya se hablaba en el siglo VIII. Los historiadores sospechan que los sumerios lo utilizaban en sus rituales, y los sostuvieron como objeto sagrado.
Se utiliza para evocar protección. Situándonos dentro de él, estaremos seguros, pues el MAL no podrá jamás atravesarlo.


El Circulo simboliza el ciclo.

El significado de las 5 puntas es:

-La punta derecha superior del Pentagrama, representa el Agua. Simboliza limpieza, transformación interior, purificación, las emociones.

-La punta derecha inferior del Pentagrama representa el Fuego. Simboliza transformación profunda, protección, destrucción/construcción.

-La punta izquierda inferior del Pentagrama representa la Tierra. Simboliza la seguridad, crecimiento, fertilizad, prosperidad, conexión con la tierra.

-La punta izquierda superior del Pentagrama representa el Aire. Simboliza la mente, el pensamiento, la inteligencia, la comunicación.

-La punta central superior del Pentagrama, representa el espíritu, nuestra alma.


La interpretación completa del Pentagrama, es la llave de los dos mundos.

Azrael, "Angel de la muerte" (Nombres, origen e historia)




[sorry si es la misma foto, ke avia puesto antes, pero eske es la ke mejor le representa....]

Azrael es uno de los nombres que recibe el ángel de la muerte. También llamado Abou-Jaria por los musulmanes y Mordad entre los persas, tiene por misión recibir las almas de los muertos y conducirlas para ser juzgadas. Es conocido como el Ángel de la Muerte entre los judíos y musulmanes, y es la derivación del nombre árabe Izrail, el cual aparece en el Corán y significa "Quien a Dios ayuda". También aparece en el Corán como Malaikat Al-Maut (que es una traducción literal de ángel de la muerte).

No confundir al Ángel de la Muerte con la Santa Muerte (La Parca) ya que son totalmente diferentes.. El Talmud (Libro Santo judío) tiene referencias que igualan al Ángel de Muerte con Satanás y proporciona la inferencia que este ángel es malo en lugar de bueno.

Azrael fue conocido inicialmente como Azra, el descendiente de los grandes sacerdotes de Aarón y escriba en el periodo del segundo Templo de Jerusalén. Durante el paleocristianismo recibió el nombre de Esdras, el profeta que vaticinó la llegada de Cristo. Esta historia paleocristiana es la que dice que Azrael subió al paraíso sin haber probado la muerte.

También aparece en los escritos del hereje cristiano Marción, donde es mencionado como el ángel de la Ley.

Este Ángel creado por Dios tiene una de las misiones más especiales, NO para traer desgracias o pesares sino para traer paz y tranquilidad a las almas que se encuentran en el estado de transición de la vida a la muerte o de la muerte a la vida como lo quieran ver. Es el Ángel de la Muerte, él esta escribiendo y borrando nombres en un gran libro, lo que el escribe es el nacimiento de un hombre, lo que él borra es el nombre del hombre que morirá.

Supuestamente Azrael le trajo un manojo de tierra a Dios para crear a Adán y por consiguiente ganó su título como el Ángel de Muerte. Azrael guarda un rollo de humanidad en que los nombres del condenado son círculo en negro y los nombres del bendito, en luz. Cuando el día de una persona da acercamientos de muerte, una hoja con el nombre de la persona en él se cae del árbol bajo el trono de Dios. Después de cuarenta días que han pasado, Azrael debe acompañar el alma del individuo de su cuerpo hasta su destino. Azrael será el último en morirse, Él es el ángel que acompaña toda alma después de descarnar al Cielo o Infierno. Azrael tiene gobernación encima de la muerte y la vida después de la muerte. Azrael es asociado a Escorpión como lo es Samael.Los planetas astrológicos son Marte y Plutón. El elemento de Azrael es agua. Las plantas asociadas son albahaca y crisantemo así como el brezo. Sus colores son rojo oscuro, bronce, negro, gris. Poco después su creación, Azrael fue asignado para estudiar un fenómeno no bien-entendido por el Cielo en ese momento: la disposición de almas humanas. Los ángeles habían sabido mucho tiempo que algunas almas humanas llegaron al Cielo porque se había ofrecido la reencarnación y olvido, pero nadie realmente supo donde iban las almas. Azrael añadió a su nombre la palabra de Muerte para llevar a cabo sus deberes (las Palabras angélicas eran mucho menos competitivas). Azrael aprendió a rastrear las almas humanas después de la muerte, otros ángeles han sido incapaces de realizarlo. Él confirmó esa reencarnación y la más gran revelación era el destino de los humanos que eran pasados a un reino inferior por su egoísmo y envidia. Este reino inferior o reino de abajo había sido un lugar abandonado y vacío dónde el alma del muerto estaba para siempre en el aislamiento miserable. Pero entonces los Ángeles Caídos llegaron, y el lugar se volvió conocido como el Infierno. Los demonios estaban torturando y a veces estaban destruyendo las almas condenadas y confinadas allí. Esta revelación espantó el Cielo. Azrael se elevó al estado de Arcángel, y dado el deber de no asegurarse ninguna alma se dirigió erradamente fuera del Cielo. Él y sus servidores separarían fantasmas y sombras suavemente de sus cadenas, recuperarían las almas humanas de los dominios etéreos, e impedirían a los demonios exigir cualquier alma que no perteneció a ellos. Él no podía aceptar que las almas que se condenaron al Infierno sufrieran para toda la eternidad por errores que ellos habían cometido en sus existencias mortales.

Así que el Arcángel de la Muerte empezó atendiendo al condenado, saliendo furtivamente al Infierno para localizar almas humanas que podrían ser convertidas a almas buenas. Azrael les dijo a sus Servidores que les enseñaran también a los humanos a aceptar la Muerte; que era meramente una transición a su próximo estado, y que si ellos vivieran bien sus vidas, no tenían ninguna necesidad de temerle. En el cielo se creyó que Azrael rechazaba estar en el este, por sus constantes salidas con todo su coro, Azrael quiso continuar su misión, y dedujo que él tendría más libertad para llevarla a cabo dejando el cielo pero nunca ha dejado de servir a Dios.Los otros Arcángeles saben que Azrael todavía está vivo, pero no se habla de en el Cielo.Azrael y su coro tienen cuatro misiones ahora: Primero, ellos buscan separar fantasmas y demonios de sus lazos corpóreo o etéreo, para que estas almas sigan a sus último destinos. Segundo , ellos cazan a las almas que pertenecen a los demonios y las destruyen dondequiera que ellos se las encuentran. Tercero, ellos intentan dirigir a los humanos cerca de la muerte hacia su destino, y fuera de su destino, o por lo menos les da una segunda oportunidad en la rueda de la vida. También ellos son enemigos implacables de los Demonios del Infierno que promueven la muerte. Por último, Azrael continúa su misión de atender al condenado. Es ahora mucho más peligroso, y él sólo puede bajar de vez en cuando al Infierno, para encontrar esas almas que podrían trasformarse en buenas y así pasar las fronteras de algunos de los Principados del Infierno.Él no discute este aspecto de su trabajo, nadie sabe cuántas almas podría haber salvado, o cómo él los rescata del Infierno, o donde van las almas que el ayuda, a los Cielos más Altos, a otra reencarnación, o simplemente al olvido.

Azrael, Ángel de la Muerte


"I have watched you since you were born
I wrote your name in my book as you came into this world
I have had an eye watching your entire life
See now, your name fades with time
And now you shall return from whence you came
Delivered from this mortal coil

Let this apple take your body from you
Let my hand guide you to your rightful place
For I am your shepherd

Blessed are the dead
And now you are among them
Delivered form this mortal coil

-Azrael, Angel of Death"

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"Te he observado desde que naciste
Escribí tu nombre en mi libro cuando tú entraste en este mundo
Yo he visto tu vida entera
Mira ahora, tu nombre se descolora con el tiempo
Y ahora tú volverás de donde viniste
Liberado de esta espiral mortal

Deja que esta manzana tome tu cuerpo
Deja que mi mano te guíe a tu legítimo lugar
Ya que yo soy tu pastor

Bendito son los muertos
Y ahora estas tu entre ellos
Liberado de esta espiral mortal

-Azrael, Ángel de la Muerte”

jueves, 4 de febrero de 2010

Modos de Hablar

Teniendo un acierto tan feliz como la palabra para comunicarnos y ensanchar las fronteras del espíritu, incomprensiblemente nos empeñamos en descomunicarnos los unos de los otros nombrando a las cosas de distinta manera. La diversidad de idiomas tiene sus ventajas, pero al precio de bastantes perjuicios: une porque disgrega, incorpora porque margina, y enriquece a la totalidad empobreciendo a las partes. A más idiomas, más rico el universo lingüístico y más pequeñas las comunidades. Como no queremos prescindir de nuestra lengua y tampoco podemos evitar el estar condenados a entendernos, lo solucionamos aprendiendo los idiomas de los países hegemónicos.

Nadie puede negar lo maravilloso que sería poder leer a los escritores favoritos sin traducir y sin necesidad de aprender otras lenguas. Pero ¡qué remedio!, las cosas son como son y estamos dispuestos a conformarnos con el valor histórico y cultural que encierra cualquier idioma, dialecto o incluso pronunciación o modo especial de hablar en cada lugar, por pequeño que sea. Un valor muy en boga y al que no tengo nada que alegar. Lo que no parece coherente es enaltecer esos valores idiomáticos y, al mismo tiempo, pretender unificar el idioma artificialmente en base a los límites geográficos del poder regional. Puestos a ser prácticos, lo más conveniente sería que todos habláramos y escribiéramos Esperanto. Si se trata de conservar historia y cultura, cada lugar debería conservar la suya por incómodo que sea; mientras más diversidad más riqueza cultural. A mi parecer, lo más sensato sería dejar que transcurra esa cultura con naturalidad, según las circunstancias, el deseo y la conveniencia de los interesados. No veo la razón por la que un gallego, por ejemplo, tenga ahora que aprender otro gallego distinto del que está acostumbrado a hablar. ¡Qué necesidad hay de dictar esas normas ni de forzar el curso de la historia!

Begoña Medina