domingo, 14 de marzo de 2010

Sueños

No me creo autorizado para contestar a estas preguntas. Mis pensamientos no han perseguido más allá esta faceta del problema del sueño. Opino únicamente que aquel emperador romano que hizo ejecutar a uno de sus súbditos por haber este soñado que le asesinaba, no estaba en lo cierto.

Debía haberse preocupado antes de lo que el sueño significaba, pues muy probablemente no era aquello que su contenido manifestó relevaba, y aun cuando un sueño distinto hubiese tenido esta significación criminal, hubiera debido pensar en las palabras de Platón, de que el hombre virtuoso se contenta con soñar lo que el perverso realiza en la vida. Por tanto, creo que debemos absolver al sueño. No puedo decir en pocas palabras su hemos de reconocer realidad a los deseos inconscientes y en qué sentido. Desde luego, habremos de negársela a todas las ideas de transición o de meditación. Una vez que hemos conducido a los deseos inconcientes a su ultima y mas verdadera expresión, vemos que la realidad psíquica es una forma especial de existencia que no debe ser hombres se resistan a aceptar la responsabilidad de la inmortalidad de sus sueños. El estudio del funcionamiento del aparato anímico y el conocimiento de la relación entre lo consciente y lo inconsciente hacen desaparecer aquello que nuestros sueños representan contrario a la moral.

lunes, 8 de marzo de 2010

El Problema Nacional

En este esencial sentido podemos decir que el particularismo existe hoy en toda España, bien que modulado diversamente según las condiciones de cada región. En Bilbao y Barcelona, que se sentían como las fuerzas mayores de la Península, ha tomado el particularismo un cariz agresivo, expreso y de amplia musculatura retórica.

No he comprendido nunca por qué preocupa el nacionalismo afirmativo de Cataluña y Vasconia y, en cambio, no causa pavor el nihilismo nacional de Galicia o Sevilla. Esto indica que no se ha percibido aún toda la profundidad del mal y que los patriotas con cabeza de cartón creen resuelto el formidable problema nacional si son derrotados en unas elecciones los señores Sota o Cambó.

El propósito de este ensayo es corregir la desviación en la puntería del pensamiento político al uso, que busca el mal radical del catalanismo y bizcaitarrismo en Cataluña y en Vizcaya, cuando no es allí donde se encuentra. ¿Dónde pues?

Para mí esto no ofrece duda: cuando una sociedad se consume víctima del particularismo, puede siempre afirmarse que el primero en mostrarse particularista fue precisamente el Poder central. Y esto es lo que ha pasado en España. Castilla ha hecho España y Castilla la ha deshecho.


José Ortega y Gasset